¿Quieres saber a quién ayuda tu plasma?

Tengo un diagnóstico de deficiencia de alfa-1 antitripsina, una enfermedad genética rara que comúnmente afecta los pulmones. A través de lo que se llama ‘terapia de aumento’, puedo recibir una infusión semanal que reemplaza la proteína que mi cuerpo no está produciendo naturalmente. Las infusiones basadas en plasma se han convertido en una parte rutinaria de mi vida, pero no pasa un solo día sin que piense en las personas que hacen posible que tenga el regalo de vivir una vida más saludable.

Pasé 12 años entrando y saliendo de hospitales y me perdí la mayor parte de la escuela primaria debido a un trastorno llamado Púrpura Trombocitopénica Idiopática (ITP), que ataca las plaquetas de la sangre y las destruye. Mi vida estaba completamente a merced de mis enfermedades. Luego llegó IGIV: un tratamiento basado en plasma hecho con plasma donado. Mis fiebres disminuyeron y mis infecciones se volvieron menos frecuentes. Mi salud es el resultado directo de la generosidad de otros.

No hay una manera sencilla de expresar mi gratitud a los donantes que, con tanto cariño, ayudan a mantenerme vivo. Gracias desde el fondo de mi corazón.

Me diagnosticaron en el otoño de sexto grado, justo antes de mi doceavo cumpleaños. Cada tres semanas, tengo infusiones intravenosas que suelen durar dos horas. Sin embargo, cuando era más joven, las infusiones podían durar hasta 6 horas porque mi cuerpo era más pequeño y no podía mantener una velocidad de infusión rápida. Recibo las infusiones en casa, administradas por una enfermera, pero en otoño empezaré a ir al centro de salud de mi universidad. ¡El próximo año me voy a la Universidad del Sur de California en la soleada Los Ángeles!

Quiero que los donantes de plasma sepan que les agradezco a cada uno de ellos más allá de lo que las palabras pueden expresar. Mi salud ha mejorado enormemente desde mi diagnóstico a los once años, y todo se lo debo a mis donantes.

Como alguien que vive con una enfermedad rara, quiero decirles gracias. En estos tiempos sin precedentes, su dedicación y trabajo duro nunca han sido más valorados. No hay palabras para describir mi gratitud hacia aquellos que eligieron donar plasma. Su donación me permite ser esposa, madrastra, mamá de un perro, y vivir una vida que no está definida por mi inmunodeficiencia primaria (PI).

Puedo llevar un estilo de vida activo en el noroeste del Pacífico, incluyendo senderismo, ciclismo, motonieve, paseos en cuatrimoto y más. Con cada tratamiento, me lleno de esperanza para el futuro.

Soy un receptor de plasma para inmunodeficiencia primaria. Para mi condición, recibo un tratamiento hecho de plasma que ayuda a mi sistema inmunológico a combatir infecciones. Gracias por marcar la diferencia; lo que hacen importa. Todo lo que hacen, desde ir al centro hasta el tiempo que dedican a realizar una donación, es muy valorado.

Gracias a todos los que donan plasma. Han ayudado a cambiar mi vida y la de muchos otros. Mi vida es mejor ahora.

Mi esposa es la razón por la que dono. Cuando me contó sobre la gran cantidad de donaciones de plasma necesarias para hacer solo uno de sus tratamientos, comencé a donar de inmediato. Quiero que otros sepan que cuando donan, están haciendo una diferencia que cambia la vida de las personas que dependen de estos medicamentos todos los días.

Estamos ayudando a salvar vidas. Yo mismo recibí una transfusión de plasma, así que es gratificante para mí ser parte de estas terapias que salvaron mi vida.

Tengo un diagnóstico de deficiencia de alfa-1 antitripsina, una enfermedad genética rara que comúnmente afecta los pulmones. A través de lo que se llama ‘terapia de aumento’, puedo recibir una infusión semanal que reemplaza la proteína que mi cuerpo no está produciendo naturalmente. Las infusiones basadas en plasma se han convertido en una parte rutinaria de mi vida, pero no pasa un solo día sin que piense en las personas que hacen posible que tenga el regalo de vivir una vida más saludable.